Cuesta entender que instituciones como TEPJF, que en su momento tuvieron una estima y reputación muy alta en la sociedad mexicana, hoy se rebajan tanto para inmiscuirse en asuntos como el castigo a un ministro de culto. Sorprende su forma de actuar y preocupa lo que vendrá en el futuro próximo.
 

Son más los asuntos que requerirán mayor atención para el buen funcionamiento de los procesos electorales que estarán por venir.