Hechos 11,1-18: “También a los paganos les ha concedido Dios la conversión que lleva a la vida”
Salmo 41: “Estos sediento del Dios que da la vida. Aleluya”
San Juan 10,11-18: “El buen pastor da la vida por las ovejas”
Ya ayer iniciábamos la reflexión sobre Cristo como el Buen Pastor. Es una de las imágenes que más influyeron en las primeras comunidades porque estaba muy cercana a su cultura y a su corazón esta imagen. No es raro encontrar en la iconografía muchas representaciones de Jesús como el Pastor, como el que da la vida por sus ovejas. Y aunque ya la mayoría de nuestros pueblos no viven en esta realidad pastoril, todavía en muchos lugares esta imagen nos llega al corazón y representa para nosotros a Jesús que nos busca, que nos ama y que nos cuida. En el Antiguo Testamento, cuando el pueblo de Israel sufría por los malos tratos y las injusticias de sus dirigentes, se hizo muy viva para el pueblo esta imagen de Dios como el pastor ideal, como el único capaz de defender a sus ovejas, como quien las conduce a pastos abundantes y les lleva la paz. Jesús retoma esta imagen y la hace actual frente a los líderes que también en su tiempo maltratan y descuidan a su pueblo. Y hoy también Jesús se nos hace presente y cercano cuando comprobamos las dificultades que el pueblo tiene para sobrevivir, para encontrar justicia y para lograr la paz. San Juan presenta a Jesús como el buen pastor y confrontado con el asalariado, el que no es buen pastor. ¿Quién es un asalariado? El que sólo por el jornal cumple con cuidarlas, el que tiene miedo, el que las abandona. Son reclamos que se pueden hacer a autoridades y a quienes de alguna manera tendrían que cuidar del pueblo. Pero se ha desvirtuado ese servicio y en lugar de hacerlo con amor y con responsabilidad, se toma sólo como una forma de ganar dinero y prestigio. Las ovejas, las personas, no importan, sólo importa la ganancia. Y así las multitudes se ven abandonadas, manipuladas y con frecuencia hasta devoradas por quienes deberían cuidarlas. El ejemplo de Buen Pastor es Cristo que da su vida por las ovejas y que da vida a las ovejas. Este debería ser el criterio de toda persona responsable de una porción de la comunidad. Confrontemos nuestra misión y la forma en que la estamos cumpliendo y pongámosla frente a la misión de Cristo. ¿Qué debemos cambiar? ¿Cómo podemos dar vida? Acerquémonos también al Buen Pastor que Él da la vida por nosotros.
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