Mensaje de S.E.R. Mons. Pedro Pablo Elizondo Cárdenas LC
¿Has pensado si en tu vida vas caminando teniendo la certeza de que Dios está siempre a tu lado, queriendo acompañarte y guiarte para que trasciendas y alcances la vida eterna? O eres como estos discípulos, que aun teniendo la gracia de ir caminando con Él, por haber perdido la fe al confundir la muerte de Jesús en la Cruz con una derrota en lugar de un triunfo, no podían reconocerlo, aunque su corazón les decía a gritos que lo habían encontrado.
Es desconcertante cómo Dios nos da todo el tiempo señales de su presencia y desafortunadamente a veces estamos muy ciegos para poderlo reconocer. Sin embargo, debemos también seguir el ejemplo de estos discípulos, que cuando se dieron cuenta que era Él, se alegraron e inmediatamente lo hicieron saber a todos los demás. Eses es el verdadero sentido del cristiano: encontrarse con Dios para nunca más soltarse de él, luchar contra el pecado y llevarlo a todos los demás que también lo necesitan.
Muchas veces no podemos entender esas señales, por eso es muy importante mantener nuestra relación muy fuerte con Dios a través de los Sacramentos, a través de escuchar su Palabra que gracias a la presencia Divina del Espíritu Santo podemos entender y que nos hace arder el corazón cada vez que comulgamos o que vamos a visitarlo en el Sagrario, con la seguridad de que se encuentra ahí, porque se ha querido quedar entre nosotros.
Por esto demos gracias a Dios nuestro Señor porque nunca nos abandona y pidámosle que nunca perdamos la certeza de que ha resucitado para que en aquellos momentos de prueba podamos reconocerlo aun en la oscuridad y que la fe siempre sea nuestra luz en nuestro propio camino a Emaús.
¿Has pensado si en tu vida vas caminando teniendo la certeza de que Dios está siempre a tu lado, queriendo acompañarte y guiarte para que trasciendas y alcances la vida eterna? O eres como estos discípulos, que aun teniendo la gracia de ir caminando con Él, por haber perdido la fe al confundir la muerte de Jesús en la Cruz con una derrota en lugar de un triunfo, no podían reconocerlo, aunque su corazón les decía a gritos que lo habían encontrado.
Es desconcertante cómo Dios nos da todo el tiempo señales de su presencia y desafortunadamente a veces estamos muy ciegos para poderlo reconocer. Sin embargo, debemos también seguir el ejemplo de estos discípulos, que cuando se dieron cuenta que era Él, se alegraron e inmediatamente lo hicieron saber a todos los demás. Eses es el verdadero sentido del cristiano: encontrarse con Dios para nunca más soltarse de él, luchar contra el pecado y llevarlo a todos los demás que también lo necesitan.
Muchas veces no podemos entender esas señales, por eso es muy importante mantener nuestra relación muy fuerte con Dios a través de los Sacramentos, a través de escuchar su Palabra que gracias a la presencia Divina del Espíritu Santo podemos entender y que nos hace arder el corazón cada vez que comulgamos o que vamos a visitarlo en el Sagrario, con la seguridad de que se encuentra ahí, porque se ha querido quedar entre nosotros.
Por esto demos gracias a Dios nuestro Señor porque nunca nos abandona y pidámosle que nunca perdamos la certeza de que ha resucitado para que en aquellos momentos de prueba podamos reconocerlo aun en la oscuridad y que la fe siempre sea nuestra luz en nuestro propio camino a Emaús.
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