Hechos 14, 5-18: “Les predicamos el Evangelio para que dejando los falsos dioses se conviertan al Dios vivo”.
Salmo 113 b: “Que todos te alaben sólo a ti, Señor. Aleluya”
San Juan 14, 21-26: “El Espíritu Santo, que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas”
¿Y por qué a mí? Es una pregunta frecuente cuando acontecen desgracias. Parecería que todo nos lo merecemos y que las cosas malas les pueden pasar a otros, pero que nosotros tenemos el derecho de que solamente cosas buenas lleguen hasta nosotros. Por eso sorprende la pregunta que hace Judas Tadeo a Jesús al encontrarse con el privilegio de que se manifieste sólo a ellos y no a los otros: “¿Por qué razón a nosotros sí te nos vas a manifestar y al mundo no?” La respuesta no tendría lógica para nosotros, pero tiene la lógica del amor: todo es gratuito. Todo lo que tenemos: vida, salud, familia, amigos, todo es gratuito. Todo lo que verdaderamente vale lo hemos recibido como un regalo de Dios. Y no nos damos cuenta y nos apreciamos todas esas cosas, aparentemente pequeñas, que son las que realmente tienen valor. Eso sí, el día que nos faltan, renegamos y exigimos explicaciones del porqué nos pasan a nosotros estas cosas. ¿Por qué se ha muerto mi madre? Decía una persona y después añadía que tenía ya noventa años y todos le decían que más bien debía dar gracias a Dios por tanto tiempo que se la había dejado. Ella más se sorprendía y no lograba entender el regalo que durante muchísimos años Dios le había dado, sólo exigía explicaciones de la muerte de su madre. Hoy la respuesta de Jesús nos lleva a penetrar en ese círculo del amor donde todo es gratuito. Dios Padre ama a Jesús, Jesús ama al Padre, Jesús nos ama a cada uno de nosotros y espera que también nosotros penetremos en ese círculo de amor. Ser amados por Dios es la noticia que nos da Jesús y que nosotros debemos experimentar cada día. Claro, Jesús también habla de mandamientos, pero el mandamiento cuando se hace con amor, se hace con alegría y proporciona felicidad. El mandamiento cuando se siente como imposición o se hace por obligación, es una carga y con dificultad se cumple. Hoy Cristo nos invita a que entremos en el círculo del amor y de la gratuidad, a que nos reconozcamos amados por Dios Padre.
+ Enrique Díaz Díaz
Obispo Auxiliar de San Cristóbal de las Casas
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