Celebramos el día del maestro. De corazón expreso mi saludo, reconocimiento y felicitación a todos los maestros.
Sin duda, el pilar y resorte más importante del desarrollo de un pueblo es la educación. Un pueblo es grande no por la extensión de su territorio, ni por el número de sus habitantes, ni siquiera por la riqueza de sus recursos materiales; un pueblo es grande por su nivel de educación y, por lo mismo, donde se descuida la educación pronto se resiente el deterioro en los demás sectores de la sociedad.
Me parece oportuno que, con motivo del día del maestro, hagamos todos un esfuerzo por comprender lo que está pasando realmente en la educación de nuestro Estado; necesitamos también conocer y valorar las cosas buenas que tanto los maestros como el gobierno están realizando. En este sentido sería necesario abrir un diálogo transparente y constructivo de los maestros y del gobierno con la sociedad sobre la educación; un diálogo fincado en la verdad, en la justicia y en el bien común. Se impone responder varias preguntas.
¿Por qué llegamos a esta situación deplorable de calidad en la educación del país?, ¿Porqué Oaxaca, desde haces años, ocupa los últimos lugares?, ¿Cuáles son las injusticias y las causas de fondo que por más de 25 años mantienen esta situación?, ¿Por qué no dar a conocer a la sociedad el pliego petitorio de los maestros?; la sociedad apoyaría y exigiría se atiendan las peticiones justas más importantes. ¿Por qué no dar a conocer las respuestas concretas del gobierno a las demandas de los maestros?; la sociedad apoyaría las respuestas del gobierno que prioricen las peticiones justas y las causas de fondo.
La sociedad sería el mejor árbitro y motor para que no se retarde lo que en justicia se debe a los maestros, reconocería las acciones responsables del gobierno y sería el mejor vigilante para que administre adecuadamente y con transparencia los recursos destinados a la educación pero, al mismo tiempo, exigiría compromisos y metas puntuales tanto a los maestros como al gobierno en vistas a impulsar una educación de calidad con los valores fundamentales, cuidaría que no se dañen los derechos de los niños, de los padres de familia y defendería el bien común de la sociedad.
La sociedad vigilaría el cumplimiento de los compromisos y exigiría se rindan buenas cuentas a favor de todos. Esta tarea fundamental podría realizarse a través de un Consejo Ciudadano cuyos miembros representen realmente a la sociedad y sean ajenos al gobierno y al magisterio. Oaxaca cuenta con personas honestas, capaces y responsables para este servicio. La sociedad no puede mantenerse al margen solo observando o soportando lo que daña, sin asumir su misión responsablemente.
Sería una señal buena y laudable que tanto el gobierno como los maestros recurran a la sociedad como su mejor árbitro; sería el mejor regalo para los maestros: implementar ya una solución justa y de fondo; sería una acción significativa del gobierno; sería un paso histórico a la auténtica democracia por la participación sentida y responsable de la sociedad. Así, a corto, a mediano y a largo plazo saldríamos ganando todos: los maestros, los niños, los padres de familia, los gobernantes y toda la sociedad. ¡Felicidades Maestros!.
Con mi saludo y bendición para todos.
+ José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca
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