Introducción
Los representantes de las siete zonas pastorales de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, reunidos en nuestra asamblea anual, en comunión con nuestros Obispos Felipe y Enrique, y en memoria de nuestro querido jTatic Samuel, nos propusimos como objetivo:
"A la luz de la palabra de Dios, del Magisterio de la Iglesia y de las opciones diocesanas, profundizar y fortalecer la teología, la espiritualidad y el quehacer pastoral que nos ayude a vivir nuestro compromiso en el cuidado y defensa de nuestra madre tierra y del cosmos, para una evangelización que dé vida plena a nuestros pueblos."
Contexto
Durante estos días analizamos las causas reales de la agonía que está sufriendo nuestra madre tierra, que constatamos a diario en: la contaminación del medio ambiente, aumento de basura, deforestación, erosión, destrucción de cerros, contaminación de manantiales y ríos, escasez y poco cuidado del agua, uso indiscriminado de agroquímicos, pérdida de respeto a la madre tierra.
En nuestras ciudades, pueblos, barrios y comunidades vemos como consecuencia un aumento de la pobreza, migración y expulsión en búsqueda de trabajo, aumento y aparición de nuevas enfermedades, despojo de tierras y el aumento de catástrofes que afectan principalmente a los más pobres.
A la par, vemos con honda preocupación e indignación el aumento de los programas gubernamentales y los llamados "macro-proyectos" provenientes de intereses transnacionales, que buscan apropiarse y controlar el territorio y los recursos naturales de nuestro Estado.
Pronunciamiento
Ante esta realidad que atenta contra la vida y la dignidad de nuestros pueblos, hemos decidido, a la luz de nuestra fe en Dios creador del cielo y de la tierra, llamado en nuestros pueblos mayas Corazón del Cielo y Corazón de la Tierra, tomar como opción diocesana una pastoral comprometida con el cuidado, defensa y promoción de nuestra Madre Tierra como casa de todos, como parte integral de nuestra opción por los pobres.
Por ello, como Asamblea Diocesana nos pronunciamos:
- Por el respeto a los territorios de los pueblos originarios que habitamos estas tierras;
- Por una forma de entender la naturaleza en la que los seres humanos no somos los dueños, sino que formamos parte de ella. Retomamos así nuestra cosmovisión indígena en relación con la naturaleza, con la que hemos vivido desde siempre en comunión profunda. La Tierra la hemos sentido como nuestra madre, pues nos da de comer y de beber. Es parte esencial de nuestra identidad, es parte de nuestra cultura.
Denunciamos:
- El uso de los recursos de la nación para impulsar proyectos ambiciosos de empresas transnacionales.
- La falsa política ambientalista que se nos está presentando, desde la COP16 celebrada en Cancún, en la que los acuerdos tomados significan, en la práctica, el secuestro de nuestros territorios como mercancía para "mitigar" los efectos del cambio climático y permitir que continúe un modelo de desarrollo que rechaza reducir emisiones contaminantes.
- Los efectos nocivos de los proyectos de ciudades y villas rurales que inciden en un cambio cultural y el abandono de la producción de alimentos, en función de privilegiar monocultivos en favor de la industria.
- La amenaza latente que representan las concesiones para explotación minera que, aunque se han detenido temporalmente, pueden reactivarse de un momento a otro, pues no se han clausurado de manera definitiva.
- El riesgo que representa para nuestras semillas nativas la aceptación de cultivos transgénicos y la actitud ambigua de funcionarios y dependencias gubernamentales ante las grandes empresas del ramo.
Por todo lo anterior, exhortamos:
- A la comunidad católica, hombres y mujeres de buena voluntad y de otras confesiones religiosas, a sumarse a esta causa, revisando nuestros modos de vida, buscando que estén en armonía con la naturaleza y que hagan un uso moderado de los recursos.
- A las comunidades y ejidos de nuestro Estado y a las organizaciones de la sociedad civil, a construir la unidad y recuperar la inspiración original de nuestras luchas, para seguir cuidando y defendiendo nuestros territorios y recursos naturales, y a rechazar aquellos programas, proyectos y prácticas que atentan contra nuestra dignidad y causan destrucción a nuestra madre tierra.
- Al Gobierno estatal y al Congreso del Estado a que, escuchando la voz de las comunidades indígenas y campesinas, y en respeto a los “Acuerdos de San Andrés”, promuevan los decretos y leyes pertinentes para proteger la rica biodiversidad, los recursos y el territorio de nuestro Estado, así como las semillas nativas, que representan el patrimonio milenario de nuestras culturas. Tenemos ya ejemplos en las legislaciones de otros Estados del país que han garantizado la no siembra de semillas transgénicas en su territorio.
- Al Gobierno federal y al Congreso de la Unión, a cumplir con los compromisos adquiridos en los “Acuerdos de San Andrés”.
- A la comunidad internacional, a continuar la solidaridad en la resistencia a un proyecto de desarrollo que destruye nuestro planeta y afecta de modo especial a los más pobres.
Apoyamos y saludamos la firma del pacto nacional por la paz con justicia y dignidad, que se efectuará el próximo día 10 de junio por parte de la sociedad civil en Ciudad Juárez, Chihuahua, en el que se pide: 1) La exigencia de verdad y justicia, 2) Cambiar el enfoque militarista y la estrategia de guerra y asumir una nueva estrategia de seguridad ciudadana con enfoque en los derechos humanos, 3) Combatir la corrupción y la impunidad, 4) Combatir la raíz económica y ganancias del crimen, 5) La atención de emergencia a la juventud y acciones efectivas a la recuperación del tejido social, 6) Establecer una democracia participativa, mejor democracia representativa y democratización en los medios de comunicación.
Las y los participantes en esta asamblea les saludamos con afecto, desde la esperanza de Cristo resucitado.
San Cristóbal de las Casas, Chiapas, a 27 de mayo de 2011
Por la Asamblea Diocesana:
+ Felipe Arizmendi Esquivel Obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas | P. Francisco Javier Reyes Reyes Vicario de Pastoral |
P. Armando Barrón Peralta Coordinador de la Pastoral Social | María Elena Carrizales Arredondo, MISED Canciller |
¿Cuál agonía de la madre tierra? La tierra no es un ser vivo, y mucho menos es nuestra madre. Por favor tengamos cuidado con promover el culto de la Pachamama o de Gaia http://profetaverdad.blogspot.com/2011/03/el-tsunami-fue-una-venganza-de-gaia.html
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