martes, 17 de mayo de 2011

Los sacerdotes se forman para la construcción de la paz

Con mucha esperanza en la Arquidiócesis de Acapulco  asumimos el compromiso de la construcción de la paz como parte de nuestra  misión evangelizadora, siguiendo la exhortación pastoral Que en Cristo nuestra paz, México tenga vida digna.
Este compromiso nos incluye a todos, desde los pastores, los religiosos y religiosas y los laicos.   Este hecho nos ha despertado la urgencia de formarnos y capacitarnos todos los miembros de la Iglesia y, de manera particular,  los pastores. Por esta razón, esta semana próxima tendremos un taller para los sacerdotes de la arquidiócesis con el objeto de profundizar en el significado de este compromiso pastoral y de capacitarnos para desarrollar el ministerio en contextos de violencia, apoyando a los sectores más vulnerables y animando la construcción de la paz en todos los espacios eclesiales. 

Los sacerdotes somos ministros de reconciliación y este ministerio que se nos ha confiado debemos cumplirlo como el Señor, con palabras y con signos esperanzadores de un orden nuevo, aunque éstos impliquen riesgos. En esta hora de incertidumbre y dolor, los pastores tenemos que disponernos para la mediación en los conflictos, para que se supere la sinrazón de la violencia y mediante el diálogo se encuentren caminos de paz y reconciliación.   En el marco de la formación permanente que los sacerdotes desarrollamos, queremos conseguir las capacidades que nos habiliten para el servicio de la paz como el manejo de herramientas para la reconciliación, la atención pastoral a las víctimas de la violencia y, sobre todo, la promoción de un estilo de vida de paz en nuestras comunidades cristianas.

Compromiso por la paz en la educación.

Estamos por celebrar el Día del Maestro, un personaje de primer orden en la vida del país, sobre todo en las pequeñas poblaciones. Al tiempo que reconozco el papel positivo que el magisterio ha jugado para edificar este país mediante la educación, es necesario asumir retos nuevos como lo es la construcción de la paz en las escuelas mediante los procesos educativos.   Tenemos que reconocer que entre las emergencias que configuran la crisis que vive nuestro país, también se habla de ‘emergencia educativa’; ésta, no tiene que ver sólo con la insuficiencia de recursos y de instalaciones para ofrecer una educación de calidad, tiene que ver también con el fracaso del esfuerzo por formar personas sólidas, capaces de colaborar con los demás, y de dar un sentido a la propia vida. Este fracaso se explica por la orientación de la educación en función de la producción, la competitividad y el mercado.   Se necesita un compromiso institucional que involucre a las autoridades educativas, al magisterio y a los padres de familia para construir un modelo educativo que capacite a las personas en el sentido de la paz. Es necesaria una educación en el amor, en la búsqueda sincera de la verdad, en el respeto a la ley y en la responsabilidad social. Las instituciones educativas, públicas y privadas tienen que hacer su mejor esfuerzo a favor del país haciendo a un lado intereses económicos y políticos enfocando su actividad hacia la educación para la paz.

Por ello, me parece oportuno exhortar a los educadores a redescubrir y alimentar la nobleza de la vocación magisterial; a ayudar a sus alumnos y alumnas a vivir en todos los niveles la aceptación de los demás, la comprensión y el respeto, presentándoles como modelo a los grandes hombres y mujeres que han sido en la historia artífices de paz y de reconciliación. ¡FELICIDADES MAESTROS!, CONSTRUYAMOS LA PAZ DESDE EL AMBITO DE LA EDUCACIÓN EN GUERRERO Y EN MEXICO.

+ Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Acapulco

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